jueves, 6 de noviembre de 2014

Andalucía Necesitada

 
Una vez más se está produciendo un debate en Andalucía ajeno a sus verdaderos problemas y situación actual. De nuevo, los medios andaluces se hartan de analizar fenómenos electorales y debatir encuestas políticas dejando a un lado las especificaciones concretas de Andalucía. Bien instruidos por los partidos centralistas que nos gobiernan en la Junta de Andalucía, acallan cualquier otra visión o interpretación de la realidad andaluza y nos meten en debates ajenos  y en problemas que realmente ni son los nuestros ni llegan a ser para nosotros prioritarios.

En Andalucía no se genera un debate nacionalista porque no interesa despertar conciencias tan adormecidas ya por los 35 años de régimen Pesoista. En Andalucía, marginal e individualmente, nos manifestamos unos cuantos que seguimos pensando que se hace necesario que exista un verdadero Poder Andaluz que luche y persiga los intereses de nuestro Pueblo. Pero esa marginalidad no es capaz de prender un debate que enganche de verdad y que fuerce a iniciativas electorales con una filosofía auténticamente andalucista y con un programa auténticamente andaluz.

Mientras tanto vienen a instaurarse a nuestra tierra partidos como Podemos o UPyD que, presumiblemente, van a repetir con Andalucía la misma historia  que el PSOE, PP e IU han hecho.

Nuestra realidad no interesa realmente a nadie porque aquí no se hace nunca ruido. Porque la miseria aísla. Porque la gran incultura y el analfabetismo funcional existente no van a permitir que nadie cuestione otra cosa que no se aplaque con más limosnas y la misma desconsideración de siempre del resto del Estado.

Andalucía no duerme, está narcotizada. La han convertido en adicta de la superficialidad. Sus mediocres políticos la quieren dependiente y sumisa. Y por eso la mantienen siempre necesitada  y nunca satisfecha. Siempre dependiente y asustada. Y aquí siguen debatiendo cuestiones que nos pillan de lejos, que no son acuciantes y nos quieren utilizar, de nuevo, como campo de batalla de guerras de las que siempre salimos perdiendo, las gane quien las gane, porque nunca son verdaderamente las nuestras.

 
Se hace necesario, en la coyuntura política que nos encontramos, un análisis serio y profundo, alejado de los razonamientos tópicos de siempre, de la urgencia de alcanzar un verdadero Poder Andaluz. Ha de ser, por puro principio práctico y de supervivencia, aglutinador, flexible, convergente y unificado entorno a la idea de alzar una voz auténticamente andaluza que nos represente en nuestras Instituciones y en las del Estado Español.
Si esta premisa no es capaz de reclamarla la propia sociedad andaluza para las próximas elecciones, perdemos, en mi opinión, una vez más la oportunidad de aunar fuerzas y voluntades y de que el sentimiento Andalucista o del Nacionalismo Andaluz se quedé finalmente marginal o como bandera puramente gráfica de aislados grupúsculos sin futuro alguno.
Esta responsabilidad histórica de conseguirlo, por numerosos motivos y la propia y reciente historia, debe ser liderada en un consenso político que mire más el sentido práctico que, incluso, el puramente ideológico. Y ese consenso político debe plasmarse en un Programa Electoral que consiga el apoyo y recomendación de todas las organizaciones que luchan y se preocupan por Andalucía con un claro carácter andalucista.
Si no existe en la actualidad un partido capaz de afrontar este reto y trascender a sus propios intereses, con el objetivo general de liderar y aglutinar tendencias nacionalistas de las diferentes Asociaciones, partidos minoritarios y Foros andaluces, habrá que crearlo.
Capaz, además, de establecer pautas políticas determinadas que aseguren en un futuro la existencia de ese Poder Andaluz, con unos principios consensuados que harían bandera en un Nacionalismo que los partidos centralistas nuca se atreverían a expropiar como lo han hecho con otras reivindicaciones e ideas surgidas del Andalucismo histórico.
        Pero además, y por el puro principio de satisfacer las necesidades  de la sociedad andaluza, cuando éstas no han sido solucionadas por los partidos centralistas, deben ser recogidas por este partido como parte de su programa político e ideológico. De ahí también la necesidad de conexión directa con muchas de las reivindicaciones surgidas tras los últimos movimientos sociales y las necesidades más extremas que está padeciendo gran parte de Andalucía.
                Las diferentes situaciones reclaman también diferentes liderazgos. Y para esta nueva situación que se abre, se necesita de un Liderazgo nuevo y concluyente, con habilidades infinitas de consenso y simplificación, y orientadas al medio y largo plazo, dejando muy claro cuál es su identificación, comunicando un mensaje nítido donde, sin lugar a dudas, se expresen las ideas programáticas, la diferenciación de su estructura y la novedad con respecto al resto de partidos. El hecho diferencial, es decir las ventajas, es lo que se argumenta en los procesos de venta para que los clientes opten por un producto u otro. En este caso, la argumentación, debe estar bien definida y muy diferenciada de los principios programáticos que esgrimen los partidos centralistas, de sus estructuras organizativas y de las conductas viciadas y corruptas que les viene caracterizando.
Una nueva visión y un nuevo Ideal que verdaderamente nos dé alas de libertad y dominio sobre nuestro propio destino como Pueblo.


 

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